Exposición Genealógica en La Paúl.

Coincidiendo con las fiestas patronales en honor a San Bartolomé, vecinos y visitantes de la localidad de La Paúl (Gurrea de Gállego) ya pueden visitar la Exposición Genealógica AragonGén.

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Ayuntamiento de La Paúl (Gurrea de Gállego).

C/ La paz, 8.

Del 15 al 28 de agosto de 2016.

El viernes 26 nuestra socia, Inmaculada Ratia, impartirá una charla-taller sobre genealogía e historia familiar.

Ayuntamiento de La Paúl (Gurrea de Gállego).

C/ La paz, 8.

Viernes 26 de agosto de 2016.

A las 12 horas.

Genealogía del apellido Achón de Fraga (Huesca)

Un socio de Aragongen, D. Ángel Achón Lalmolda, ha cedido a esta Asociación el trabajo Genealógico sobre sus antepasados Achón, descendientes de Fraga.

Un trabajo muy extenso, con datos, fechas y muchos nombres de sus antepasados, que él, ha ido recopilando durante años y que cede a esta Asociación y Aragongen pondrá a disposición de los interesados en dicho apellido.

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Quiero ofrecer un homenaje a este entusiasta aficionado a la Genealogía, publicando el relato que me envío sobre una parte de la vida de su antecesor, el primer Achón de Fraga, Carlos Achón.

«El dia 26 de julio de 1678 se produjeron en la Villa de Fraga unos disturbios resultado de los cuales fue el homicidio de Francisco Zavala. El día primero de agosto, o sea cinco días después, el Bayle de la Villa  arrestó a los vecinos de Fraga Joseph Barber y Carlos Achón. El juicio celebrado en Fraga condenó al primero a galeras  y al segundo a “muerte natural”.
Elevado el pleito a la Audiencia de Zaragoza el Magistrado D.Pedro Gerónimo de Fuentes los declaró inocentes y ordenó su puesta en libertad el dia 8 de septiembre de 1679, facultándolos para hacer uso del Privilegio de Manifestación, supongo,  para que, en su caso, presentaran alguna reclamación por el trato recibido y daño soportado.
Por lo visto los juzgadores fragantinos ni les habíam dicho por qué los detenían y se habían saltado la legislación vigente en la materia e incluso los fueros aragoneses que prohibían condenar a galeras a los naturales de Aragón.
El asunto y el personaje hacen pensar en una perspectiva virtual muy interesante, que en plan un tanto novelesco si quieres, dejo explicada como sigue:
El año 1635 Francia había iniciado la Guerra de los Treinta años con España. Luis XIII de Francia se enfrentó con Felipe IV de España.  La Unión de Armas (1626-1632) del Conde-Duque de Olivares había caído muy mal en  Cataluña, que ahora se veía obligada a soportar un numeroso ejército y una elevada contribución de guerra. O sea que, siguiendo las opiniones de la burguesía catalana la Generalidad (1640) se declara “República Independiente de Cataluña, bajo la protección de Francia”. Al mismo tiempo Francia declara al mundo haber constituido un “Protectorado Francés con la República Independiente de Cataluña”, nombra y envía un Virrey e inunda Cataluña de franceses y de productos franceses. Y aquí, supongo yo, que se presenta en Barcelona nuestro hombre Carlos, acompañado de su familia o solo, con un oficio aprendido y algún dinerillo.  Como buen inmigrante, lucha para salir
adelante con el mayor entusiasmo y no solo vive de su trabajo sino que consigue el título de “Maestro Carpintero de Ribera o Calafate” en el Gremio de Barcelona. El matrimonio Franco-Catalán va de mal en peor y en 1648 prácticamente “se devuelven sus cartas de amor” con la Paz de Wesfalia, y en 1652 un ejército español dirigido por
don Juan de Austria conquista Barcelona. Francia se queda con el Rosellón. Y en 1659 se firma el Tratado de los Pirineos.
Bueno, nuestro hombre Carlos había decidido  que lo suyo era ganarse el cocido y en 1650 ya había trasladado su actividad a Fraga, donde compra unas tierras (que habían pertenecido a un tal Nicolás Domenech) y consigue del Ayuntamiento las obras de reparación de los puentes casi en exclusiva . No se contenta con eso y reorganiza la
Cofradía (Gremio) de San Joseph que agrupaba a los albañiles y carpinteros y cuyo documento fundacional firma en primer lugar . El verano de 1700 (ya anciano) lo pasa en el Pirineo eligiendo madera para cubrir las necesidades de Fraga y al parecer, al jubilarse, le sucede su hijo Francisco.
No me extraña que con esa actividad se granjease numerosos enemigos, que intentaron quitarlo de la circulación y
buscarle la ruina en 1678. Después, en 1698,  se le conoce domiciliado en Lérida en el Paseo Barrón, conocido como “El Cengoyer de Fraga”.
Después de 1700 con la Guerra de sucesión ya en marcha no conozco nada relativo al mismo. Parece que tras su jubilación le sucedió su hijo Francisco…»